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sábado, 6 de julio de 2013

LUCHAS EMERGENTES EN RED: FEMINISMOS 2.0.

Imagen de la página de Facebook 'The feminazi crew is coming for you'


Ana Burgos y Yendéh R. Martínez hablan con las impulsoras de algunos de los exponentes más transgresores del feminismo en las redes sociales. Tratan temas como la gordura, el sexo o la violencia, para tejer redes, dejar rastro, agitar conciencias, suscitar emociones o inspirar reflexiones.


Ana Burgos y Yendéh R. Martínez


        Aunque tenga una relación estrecha con lo que pasa en la calle, la red se rige por lógicas propias: en el cibermundo se negocia, se crea, se critica… se mueven cosas. Diferentes colectivas, plataformas e individualidades con importante presencia y actividad en la red a las que hemos entrevistado* dan cuenta de ello. Tienen en común, sin duda, el feminismo y la lucha en Internet. Pero diferentes elementos las hacen únicas, las diferencian e incluso las hacen entrar en constructivo conflicto.

       Sus campos de batalla son la gordura, la sexualidad, la violencia o el humor; sus objetivos se centran en tejer redes, dejar rastro, agitar conciencias, suscitar emociones o inspirar reflexiones; la gestión de los acosos machistas de las que la mayoría son objeto también varía entre ellas: desde el caso omiso hasta el enfrentamiento “cuerpo a cuerpo” pasando por un montón de maneras intermedias; el modo en el que entienden la red o el uso estratégico de los instrumentos disponibles las diferencian.

       Asimismo, encontramos páginas y blogs gestionados por una sola persona, por un grupo de amigas, por una agrupación surgida en la red y compuesta por personas residentes en diferentes puntos geográficos, o por colectivos existentes previamente a su llegada al ciberespacio.



Lo que mueve, remueve y conmueve a las activistas feministas en Internet

        En cuanto a las temáticas, motivaciones y objetivos que mueven a las feministas a organizarse y moverse en el mundo virtual, encontramos que la página Gorda Zine en facebook y en tumblr -que Laura, su creadora y administradora, define como “feminista, femmeinista, queer, autogestionado, punk, dark, post-estructuralista, gordx y sudaka”- aunque no destaca por su número de seguidorxs, es de una importancia notable al visibilizar cuestiones no tan trabajadas en el mundo hispanohablante. El llamado “fat activism”, la normalidad corporal como eje de ordenación social y las reivindicaciones de las gordas son sus leitmotivs.

        Laura, quien nos cuenta que su proyecto surgió “como una inquietud personal que necesitaba desesperadamente espacio entre tanto activismo comprometido que a veces descuida los cuerpos reales”, dirige su proyecto, con sede física en Buenos Aires, a “compartir experiencias y saberes y armar red con otrxs”.


Memes Feministas

       Esta inquietud personal también fue la que movió aAlicia Murillo y Filósofa Frívola, dos activistas independientes con importante actividad en la red. Alicia, artista multidisciplinar y activista feminista de Sevilla, comenzó su blog hace 6 años pero nos cuenta que “sólo en los últimos 4 está dedicado de verdad al activismo”, un blog de “expresión de la experiencia personal donde el feminismo tiene una gran cabida”. Hoy en día, sobre todo a raíz de su proyecto ‘El cazador cazado’, tiene un gran número de seguidorxs y detractorxs que han hecho que a pocas feministas se les haya pasado por alto esta creativa estrategia de respuesta al acoso callejero.

          Filósofa Frívola es Lucía Muñoz, madrileña “licenciada en filosofía que trabaja en el mundillo de la indumentaria, escribe y lucha contra el machismo en internerrrr” quien, con mucho humor, pone en jaque al patriarcado con diferentes herramientas:facebook, blog y, sobre todo, twitter, donde cuenta con casi 6500 seguidorxs y alrededor de 50000 tweets. “Mi blog solía ser un blog de moda y chorradinas. Luego empecé a volcar inquietudes políticas porque me lo pedía el cuerpo y al final se ha convertido en una amalgama extraña de cosas, porque luego me volví super feminazi y también puse la bitácora al servicio de esta noble causa”, declara.

        La finalidad personal fue con el tiempo, asimismo, identificada con lo político: “Fue creado para satisfacer mi ego, pero ahora soy consciente de la responsabilidad que conlleva tener un proyecto ciberfeminista. Como Spiderman. Hay gente que me escribe mails con consultas, o agradeciéndome que les haya abierto los ojos. Un gran poder”.

          Las carencias identificadas en la red también son motivaciones de muchas activistas para generar espacios feministas on line. Por ejemplo, Irene, única administradora de Feministas Ácidas, página archiconocida en facebook, con más de 33000 fans, nos cuenta: “Decidí dar el salto a fb cuando descubrí el buenismo que había en esta red: los colectivos feministas dedicados a fb que seguía eran todos del palo ‘las feministas no somos hembristas, ni peludas, ni lesbianas…’ Me pareció una mierda y pensé en subir el contenido que a mí me gustaría ver, bruto y crudo”.

          Irene, activista madrileña que junto con algunas amigas acaba de montar la completa web del proyecto, pretende “remover, suscitar emociones, ascos, risas, y preocupaciones”; pero, además, “se ha ido creando una red de mujeres que nos mantenemos en contacto y compartimos mucho, a través de la página o la forma privada”.

          De igual manera, Memes Feministas, un proyecto de humor feminista en la web, surge porque “estábamos hartas del humor sexista que circulaba por la red, especialmente a través de los memes. Pensamos que se trataba de una herramienta que podíamos utilizar con fines subversivos, así que tres amigas, dos residentes en Málaga y una en Barcelona, nos pusimos a darle al memegenerator como locas”. Los memes, con más de 7000 ‘me gusta’ en facebook con tan solo 3 meses de vida, son todo un éxito y dan cuenta de la necesidad de la risa, la parodia y la ironía para articular nuestras luchas que, según ‘las memeras’, además, “a veces están teñidas de un carácter seriote que no nos gusta nada, o al menos no en todos los casos. ¡Llevemos a la práctica aquello de “si no se puede bailar esta no es mi revolución”! ¡Partámonos la caja mientras dinamitamos el patriarcado!”.




        En la misma línea, Pólvora y Señorita, de Granada, y Srta. Vinagreta, de Cantabria, nos cuentan que el proyecto Coño armado, coño liberado “comienza a gestarse en una noche de sororidad y cervezas. Nos preguntábamos sobre la cantidad de páginas que había sobre feminismo en la red, pero la falta o al menos nosotras desconocíamos la existencia, de páginas que generaran genealogía y pensamiento femenino. Algo que según nuestro punto de vista, es básico y esencial”.

        También las dos creadoras de Norma Jean Magazine, definida por alguien como “esa revista que dice que es de chicas y parece que no aunque luego sí” decidieron crear la revista hace 2 años desde Zaragoza y Barcelona respectivamente porque “no conocíamos ninguna publicación en castellano que combinara temas de género con otros así más frívolos. Nosotras queríamos un espacio que tratara temas serios pero también los mismos asuntos que te puedes encontrar en cualquier publicación para mujeres mainstream, pero desde un punto de vista más crítico y diferente al que estamos acostumbradas”.

           La pedagogía y la difusión de ideas feministas se entremezclan con las motivaciones ya nombradas para accionar en el ciberespacio. La página Clítoris rebeldes e insumisos, administrada por 5 chicxs de México, Venezuela y Argentina, que se definen como “un grupo de personas con diferentes perspectivas acerca del feminismo”, fue creada con la intención de “dar a conocer ideas feministas” y con el propósito de “abrir mentes”.


Imagen promocional de las camisetas de Bicharraca

Del mismo modo, Bicharraca, página de camisetas y pegatinas con diseños “que nunca te pondrías para una cena con tus suegros” gestionada por Bicharraca y Mejillón Suicida, se dedica a “hacer difusión del proyecto, generar debate, compartir experiencias y hacer pedagogía con nuestros diseños, fotos, post”. Estxs dos activistas, tuiterxs incansables “de la periferia, del gueto”, se definen como “femiputas, transfeministas, desobedientes, estamos hasta el coño del patriarcado y hartas de ser precarias” y, aunque llevan ya unos años dando la lata en internet, decidieron crear la página defacebook, el tumblr y la web tras juntarse a hacer una tirada de camisetas.

       Féminas Festivas, “colectiva de saberes feministas desde miradas invertidas” o “una red de parceras sin jerarquía, sin límites espaciales”, según nos cuentan dos de sus componentes, está ubicada físicamente en Cali, Colombia, pero tienen una de sus muchas casas en el Internet: “[Pensábamos que] el material que nació de nosotras debía tener su propio hogar y pues creo que ahí intervino el mundo cyborg con todas sus herramientas y avenidas”. A través de su página, pretenden “difundir, comunicar, invitar, convocar, hacer memoria, dejar rastros, agitar”.

Nuevos modelos de organización y activismo


        La gestión de los espacios en el mundo virtual, la toma de decisiones, la elección de contenidos, o la apertura o no a la colaboración externa son aspectos clave que requieren un análisis específico para entender qué y cómo se cuece en la red. Aunque no pretendemos aquí hacer una lectura pormenorizada, sí apuntamos algunos elementos que nos permitan comprender estos nuevos y no tan nuevos activismos.




         Evidentemente, las páginas y blogs personales como los de Filósofa o Alicia son gestionados por ellas mismas y se expresan cuando y como les viene en gana. Sin embargo, páginas más globales cuya gestión permanece en el anonimato son también obras de una sola persona, y cada una de ellas se vuelve bajo su nombre u otra rúbrica, un medio de comunicación y activismo en sí mismo. Ése es el caso de Feministas Ácidas, Gorda Zine, The Feminazi Crew is coming for you o No puedo ser la mujer de tu vida porque lo soy de la mía, página que tiene cerca de 88000 seguidorxs pero cuya autora nos cuenta que la gente le da al ‘me gusta’ por el título, no profundiza más, siendo este uno de los peligros de la red.

Logo de Feministas Ácidas

        También es interesante ver cómo otros están gestionados por un grupo relativamente pequeño de amigas que no necesitan pasar por asambleas, ni físicas ni virtuales para publicar: “La página funciona de manera autónoma [porque] con el tiempo de conocernos lasafinidades hacen su propio trabajo”, nos cuenta Marciana, de Féminas Festivas.

        Nos llaman especialmente la atención las experiencias que han brotado en el propio ciberespacio de manera espontánea, proyectos generados y desarrollados por personas que ni siquiera residen en los mismo lugares físicos. Es el caso de Memes Feministas, un grupo de amigas que “nos conocíamos por facebook, por sugerencia de un amigo. Nos habíamos visto en persona sólo un par de veces, pero ya habíamos detectado afinidad política y habíamos hecho manada en la red. Cuando empezó lo de los memes como un juego por parte de una de nosotras, de Málaga, otra compa de Barcelona se puso a hacer y así, por chat, decidimos crear la página y gestionarla entre todas”.

        Como Bicharraca, las decisiones se basan en la confianza en las otras gestoras y, cuando hay dudas, un chat, una viodeoconferencia o, como mucho, una llamada telefónica facilita el diálogo.

         ¿Pero cómo se relacionan estos lugares virtuales con la calle? Según Alicia Murillo, al comentar la violencia que se sufre en internet, nos dice que ésta “no es más que un reflejo de la vida de ‘carne y hueso’ y por tanto el machismo se ve reflejado en las agresiones, en el lenguaje, en la repartición de espacios, en la actitudes…”. Con respecto al propio activismo on line, Feministas Ácidas, por su parte, aclara que “jamás puede ser un sustituto del activismo callejero. Pero es necesario gritar y reivindicar en las herramientas de comunicación del amo”.

         En relación a la vida off line de las feministas entrevistadas, la gran mayoría cuenta con espacios físicos, colectivas y/o redes con las que se hacen visibles, agitan y transforman. Por ejemplo, muchas de las Féminas Festivas participaron o participan en la Escuela Política de Mujeres de Cali o en el Cineclub feminista Cinematria, además de en el propio colectivo, desde el que realizan vídeos, radionovelas feministas, teatro experimental, etc. Irene, de Feministas Ácidas, participa en colectivos y asambleas feministas que abarcan desde el 15M hasta centros sociales okupados. Bicharraca participó en experiencias como la plataforma de acción directa Sangre Menstrual. Las componentes de Memes Feministas hacen desde radio hasta agitación feminista por medio de Feministes Indignades o Feministas en Movimiento.

Potencialidades y limitaciones del trabajo y presencia en red

            Aunque no todo el mundo tiene a su pleno alcance las redes, Filósofa Frívola o las Norma Jean nos transmiten bastante emoción al pensar que ellas son “capaces de llegar a gente a la que de otro modo no llegarías” y casi todos los proyectos consultados coinciden, como Bicharraca, en la importancia de la visibilización como “primer paso para el cambio […] para que dejen de matar, violar, pegar, insultar, acosar, excluir y despreciar a las mujeres, lxs transmaricabollxs, etc”.

         Los espacios virtuales facilitan muchísimo el conectarse, componerse y tejer redes y afinidades, con individuxs que se encuentran a cientos y miles de kilómetros de distancia con sólo un clic. Para las Féminas Festivas entraña un potente valor el “intercambiar miradas y materiales que alimenten las diferentes coordenadas de este mundo real-ciborg-estelar”. Por su lado, Alicia Murillo, piensa que Internet “es un espacio inseguro para las mujeres y solo nosotras podemos cambiar esa realidad”, así que hay que estar ahí, “al pie del cañón, reapropiándonos de las herramientas del amo y creando otras nuevas, estando en todos los frentes para lograr lo que queremos, ¡el fin del heteropatriarcado!”, como nos cuentan las Memes Feministas.

          ¿Pero es la red un paraíso? No todo son ventajas a la hora de trabajar en comunidades virtuales, es evidente que la red tiene aspectos negativos, que algunas experiencias, acciones o activismos virtuales pueden convertirse en un problema que incluso llegue a afectar a nuestra vida personal, y es que la represión también está presente en la red.

Amecopress

            Las limitaciones son otro aspecto negativo del ciberactivismo feminista. Como nos recuerdan desde de Gorda Zine, “no todo el mundo tiene acceso” a estos canales de difusión, lo que supone un handicap a la hora de valorar el alcance del trabajo en red.

          Además, algunas ciberactivistas expresan nostalgia y critican la carencia de las posibilidades de los espacios tradicionales de lucha y enunciación, el cara a cara, la comunicación oral o incluso el papel. En palabras de Bicharraca y Mejillón suicida, “no sabemos expresarnos emocionalmente, o más bien es imposible, solo vemos letras en una pantalla, no hay lenguaje gestual, no escuchamos el tono de la voz al otro lado, el olor, el tacto” o, como dice Filósofa, “el énfasis y la emoción que puedes poner al transmitir algo con gestos y de viva voz se pierden en la red de redes. Y que servidora gana mucho en el face to face”.

          Otras compañeras, como las de Feminismo Tocapelotas, coinciden en advertir que si bien la difusión vía internet y el activismo en red es en estos momentos de efervescencia de movimientos sociales, convocatorias y estallidos diversos vía internet, como ocurrió con las revueltas árabes o con el propio 15M, es un arma crucial, el activismo callejero no debe perderse, porque puede ocurrir que la saturación de información influya a la hora de “enfrentar los problemas y las luchas en la calle” con la misma intensidad con la que cierta parte del público lo hace mediante el uso de las herramientas 2.0.

         Otro de las limitaciones identificadas es la censura a la hora compartir contenido considerado pornográfico (torsos desnudos de mujeres, por ejemplo) por redes como Facebook o la arbitrariedad de los contenidos denunciables. De este modo, la censura por denuncias de algunas imágenes tildadas de violentas o cuyo contenido incita al odio las han sufrido algunas compañeras, entre las cuales las Memes Feministas con sus famosos y polémicos “ZAS!”.

           Más allá de todo ello, las propias políticas de privacidad a las que nos enfrentamos, la falta de transparencia informativa en los contratos de registro, el tráfico de datos personales de lxs usuarixs y el control que ejercen, en ocasiones, sobre nuestra propia intimidad, son elementos que nos generan reparos a la hora de usar estas multinacionales de las comunicaciones. Frente a ello, y sin obviar la necesaria crítica sin concesiones, Irene, de Feministas Ácidas propone la necesidad y legitimidad de reapropiación de “las herramientas de comunicación del amo” como estrategia para la para la reivindicación y la insumisión: “No me puedo ir a quejar a mi rinconcito seguro de N-1, en el que la mayoría estará de acuerdo”. Igualmente, lxs activistas consultadxs no dudan en manifestar la necesidad de generar servidores propios, redes y otros instrumentos de seguridad feminista que posibiliten una vida tranquila -y revuelta- en manada.

Acoso cibernértico: alimentar o no alimentar al troll

        La inmensa mayoría de las comunidades y grupos entrevistados han recibido la visita de los indeseables trolls machistas; decimos indeseables por lo cansino de la dinámica, pero reconociendo que cuando la página que administras recibe tu primera incursión machirula, una especie de halo de satisfacción nos suele recorrer el cuerpo a algunas, aunque nos dure una milésima de segundo. Nos damos cuenta de que precisamente cuando aparecen y denuncian, cuando rascan, significa que el feminismo les pica, se sienten interpelados y cuestionados, lo cual, de una manera u otra, quiere decir que lo estamos haciendo bien.

         Como afirma Bicharraca, “es llamativo cómo cuanto más visibles hacemos el feminismo, más trolls aparecen, más se revuelve la caverna machista”. Muchas compañeras como Alicia Murillo, que el año pasado se enfrentó a una agresiva campaña de acoso machista por las redes (mensajes, difamaciones, montajes, insultos, denuncias, censura, amenazas personales…) expresan, no siempre con ironía, agradecimiento por la labor de su séquito de machirulos difundiendo su labor y su nombre, lo que ha contribuido en el caso de Alicia de manera decisiva a la proyección de su trabajo: “Tengo un potentísimo club de machitrols, uno de los más potentes de España. Puedo presumir de ello. Siempre son anónimos, son muy cobardes, nos tienen miedo [...] Me han ayudado mucho con la difusión de El Cazador Cazado”.

Memes Feministas


        Como ocurriera con el caso de Alicia, algunas de las páginas con las que hemos charlado se muestran contrarias al famoso lema cibernético “Don’t feed de troll”, sobre todo cuando de ataques organizados desde una plataforma machista concreta como Meristation, Forocoches o Ministerio del Equilibrio se está tratando. Mejillón Suicida lo llama, como se ha popularizado en estos últimos meses “llamar a la manada y hacer una escabechina”, lo que consiste básicamente en responder al trolleo machista con trolleo antipatriarcal en grupo y repeler el ataque cibernético, en muchas ocasiones, con bastante éxito, y en otras, optando por el bloqueo al machirulo.

       Y es que la política es clara: “mi cuerpo, mis reglas, mi casa, mis reglas”, como nos dice Laura de Gorda Zine, o “tu libertad de expresión termina donde empieza mi cansancio de escuchar pelotudeces”, como reza uno de los Memes Feministas.

¿Y ahora qué?


        En la mayoría de los casos nos hemos encontrado con la sorpresa que suscita, fruto del alcance de las redes, la rápida acogida que muchos proyectos han tenido por parte del público virtual, normalmente sobrepasando la intención primera de sus creadorxs, como ocurre en el caso de la página No puedo Ser La Mujer De Tu Vida Porque Soy La Mujer De La Mía o la más reciente experiencia de Memes Feministas, que en 48 horas de vida contaban con un total de 400 seguidorxs que no dejaban de enviar ideas, propuestas, memes, mensajes de apoyo o de compartir el contenido que fluía por las redes con trepidante velcidad.

       Alicia Murillo nos habla de la buena aceptación que su proyecto tiene en países latinoamericanos y en la motivación que supone este hecho para querer exportar sus talleres a otros espacios geográficos, tal y como ocurre con el Gorda Zine, que desde Argentina pretende salirse de los espacios poco convencionales en red y volver al papel y a la voz, la charla y el encuentro para difundir la información por canales tradicionales, por ejemplo, en nuestros países.

       Feministas Ácidas cada vez resuena con más fuerza a través de su potente página web en la que se hace posible expandir el proyecto y dar voz y visibilidad a todas las experiencias que aglutinan, y Norma Jean Magazine organiza, ilusionada, una gran fiesta de lectorxs, seguidorxs y colaboradoras donde ponerse cara, tocarse y olerse en vivo y en directo.

         Se avecinan tiempos muy buenos para el feminismo en general, y puede que el activismo en red tenga sus contras, pero parece que las ventajas de alcance, colaboración, participación colectiva y conexión transcultural e internacional que nos ofrece Internet no hacen sino fortalecer la lucha feminista. La sororidad cibernética es más intensa que nunca. Y que siga así todo el tiempo posible es nuestro deseo. Nos vemos en las calles… ¡y en las redes!

        
*Otros proyectos a los que, por diversas circunstancias no hemos podido entrevistar pero creemos que tienen que ser visibles aquí son: Revista Vozal, Lobas Furiosas, The anarcho-feminist.


Nota: Este texto surge de la necesidad de las autoras de completar el artículo ‘El feminismo que se cuece en la red’, de Andrea Momoitio, publicado en Pikara Magazine a principios de abril de 2013. Nuestro artículo, como no podría ser de otra manera, es una selección interesada, parcial y no exhaustiva de otros feminismos que se cuecen en la red, así que agradecemos que se complete o cuestione en los comentarios.


Texto publicado en:Pikaramagazine

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