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jueves, 3 de septiembre de 2015

HISTORIA DE LA MASTURBACIÓN. Breve Reseña Histórica del Mal llamado "Vicio Solitario".


Autorretrato. Egon Schiele, 1911
La masturbación no es más que la estimulación de los órganos genitales o de zonas erógenas con la mano para proporcionar goce sexual. Cuando esta acción placentera se realiza con otros medios que no sean la propia mano como con juguetes y aparatos, se le llama “masturbación asistida”. Igualmente la masturbación se puede realizar en solitario o en compañía, donde las partes de estimulan mutuamente o como se haya convenido. La masturbación es por ende un acto sexual.

Sátiro Masturbándose.
Crátera Griega. Siglo VI a.C.
El dato más antiguo que se tiene de la práctica masturbatoria está en el templo megalítico de Hagar Qim, situado en la isla de Malta y corresponde entre 3200-2500 a.C., donde se encontró una figurilla de arcilla de una mujer masturbándose. En Larisa (Grecia) se encontró una figura de la cultura neolítica griega Dimini que representa a un hombre masturbándose.

En la mitología de los antiguos egipcios, el dios Atum se creo a si mismo y posteriormente se masturbó y creo al dios Shu y la diosa Tefnut a partir de su semen. Las crecidas del rio Nilo estaban asociadas a la frecuencia de las eyaculaciones masturbatorias de Atum.

En la Grecia Clásica los falos de madera o cuero acolchado eran comunes y serán denominados “Olisbos”. Estos consoladores antiguos que eran exportados desde la ciudad de Mileto (Asia Menor), eran utilizados para la masturbación. Igualmente los antiguos romanos eran fanáticos de la masturbación y durante las celebraciones de fiestas como la Saturnalia o las Bacanales practicaban la masturbación en grupo.

La Biblia nos relata en Génesis 38:8-10 que el segundo hijo de Judá, Onán, fue obligado a casarse con Tamar, la viuda de su hermano Er y no queriendo procrear con Tamar, Onán optó por masturbarse antes de depositar su semen dentro de su cuñada y ahora esposa. Jehová castigo a Onán quitándole la vida. El onanismo se refiere así a la práctica del “Coito Interruptus” y no a la masturbación. Martin Lutero, mucho más adelante, ligó ambos conceptos, razón por la que hoy en día se habla de onanismo para referirse al acto masturbatorio.

Masturbación. Gustav Klimt, 1913
San Agustín (354–430) enseñaba que la masturbación - contactus partium corporis - y otras formas de relaciones sin penetración eran pecados peores que la fornicación, la violación, el incesto o el adulterio. Consideraba a los primeros como "pecados antinaturales" y a los otros como "pecados naturales". Dos siglos después San Beda o Beda el Venerable (672–735) impuso en su libro “Penitential” siete años de penitencia para aquellas mujeres que fornicaran “per machina”, es decir, ayudadas de falos falsos. Santo Tomás de Aquino en el siglo XIII en su “Summa Theologiae” cataloga como vicios contra natura la masturbación y la homosexualidad, entre otras conductas. En siglo XIV, el descenso de la población en toda Europa a causa de la Peste Negra motivó que la Iglesia endureciera su postura condenatoria respecto a las prácticas sexuales no procreativas.

En 1532, "las Reglas Penales" del Emperador Carlos V disponían la pena de muerte para los masturbadores, para los homosexuales y para los que utilizaban anticonceptivos. El escritor Pietro Aretino publico en 1534 la obra “Ragionamenti” donde se describe una escena en la que unas religiosas realizan una orgia en un convento durante la cual usan falos de cristal para satisfacerse.

Masturbación Masculina. Edouard -Henri Avril, 1843
En el siglo XVI la prostitución era considerada como una forma de evitar la masturbación y la Iglesia consintió, y en algunos casos protegió, este negocio por largo tiempo. En Inglaterra, el permiso para operar burdeles necesitaba de la autorización de los Obispos de Winchester y luego del Parlamento. En el siglo XVII el Papa Inocencio X condenó a J. Caramuel por argüir en su “Theologia Moralis Fundamentalis” que la masturbación, en algunos casos, podía ser beneficiosa para la salud. En Francia, se acusó a los mentores de Luis XIII de enseñarle a masturbarse, y en este caso el mal era aún mayor, pues el deber de un rey era dejar descendencia.

Masturbación Mutua
Ilustración de 1905 de Martin van Maële.

El siglo XVIII fue de libertinaje en toda Europa y proliferaron las pinturas y dibujos de la práctica del “Vicio Solitario”. Algunos galenos le añadieron un componente patológico a la masturbación y en las ediciones de 1711 del “Tratado sobre Enfermedades Venéreas” del médico John Marten describía los síntomas de algo llamado “enfermedad post-masturbatoria”. En 1716 apareció “Onania, o el abyecto pecado de la auto-polución” donde se aseveraba y alegaba que la autoestimulación genital era resultado de una disfunción y causaba enfermedades y desfiguramiento físico. Samuel Tissot, por su parte, resumió los horrores del onanismo en su libro de 1760 “L’Onanisme, ou Dissertation Physique sur les Maladies Produites par la Masturbation” y extendio, mas que ninguna otra obra anterior, el falso mito de los males de la masturbación en Europa y Norteamérica.

A finales del siglo XVIII en la obra “Opus Diaboli” el historiador Karlheinz Deschner dice: “A falta de hombres”… “las monjas habían de conformarse con aparatos completamente inanimados pero causantes de placer”… “falos artificiales con sus bolsas testiculares llenas de leche que, simulando una eyaculación, derramaban en el momento de máxima tensión, fría o caliente, en la vagina más o menos virginal”. A estos aparatos se le nombro "bijoux de religieuse", y en 1783 Marguerite Gourdan, famosa proxeneta del siglo XVIII fabricaba refinados artificios de consolación y que eran comprados en su mayoría por los conventos franceses.

Templo Khajuraho, India.
La reina María Antonieta en 1793, durante su juicio el acusador publico Tinville hizo declarar al delfín contra su madre y delante del tribunal, el niño acusó a su madre de haberle incitado a la masturbación y haberle obligado a ciertos juegos sexuales.

En el siglo XIX apareció el “Compendio moral salmaticense” (1805) donde se le dedican unas páginas al tema de la polución seminal y la masturbación. Es un texto que recoge las normas morales que respondían a lo que la Curia Romana tenía establecido como referentes para el comportamiento social religioso de la época. En dicho tratado la polución seminal solo es permitida en caso de procreación y por lo tanto la masturbación era condenada.

La muerte de Onán. Franc Lanjscek

En la segunda mitad del siglo XIX en los EE.UU. se inició una guerra en contra del autoerotismo y se creaban movimientos nacionales que exigían a los familiares el espiarse mutuamente para revelar a los masturbadores, los cuales podían ser humillados públicamente, encerrados en manicomios o bien castrados. No obstante, las patentes de inventos relacionados con la satisfacción de las necesidades sexuales (desde una perspectiva médica) comenzaron a aparecer a partir de 1846.

Masturbación. Impresión Shunga del siglo XIX por Kunisada.

En 1885 el Doctor Charles K. Mills propuso la circuncisión de los varones como cura para la masturbación, y diez años después se empezó ya a practicar la circuncisión neonatal en EEUU y Reino Unido para prevenirla. Por otra parte, a las chicas a las que se les descubría consolándose se les practicaba en ocasiones la clitoridectomía.

Representación del Dios Egipcio Atum
El doctor John Harvey Kellogg recomendaba en 1888 que para prevenir la masturbación en los niños era necesario servir cereales fríos en lugar de calientes para el desayuno, vendarles los genitales o atarles las manos al poste de la cama durante la noche. En 1899, el sexólogo británico H. Havelock Ellis desmitificó los males de la masturbación, pero no seria secundado hasta unas décadas mas tarde.

En el siglo XX aparecieron los primero masturbadores eléctricos, pero eran utilizados para curar diversas enfermedades y aliviar todo tipo de dolencias, no era utilizados para el placer sexual. En la década de los 20 los vibradores empezaron a aparecer en las películas eróticas, perdiendo así su naturaleza estrictamente medicinal.

Acuarela por Johann Nepomuk de 1840 donde se 
representa la masturbación mutual.
El estigma o mala fama de la masturbación va decayendo durante este siglo, principalmente en el ámbito medico. El famoso Informe Kinsey de 1948 causo cierta conmoción social al revelar que la masturbación era una práctica común y habitual, tanto entre los hombres como entre las mujeres. Sin embargo en Alemania en 1969, unos científicos pidieron a un grupo de hombres que se masturbaran cada cierta cantidad de horas durante dos años para comprobar si se evidenciaban trastornos físicos o mentales. En 1983, el Vaticano publico el documento “Orientaciones educativas sobre el amor humano”, donde se indica que la masturbación es un grave desorden moral.

En 1994, en una conferencia sobre el SIDA financiada por la ONU, la jefa del Cuerpo Comisionado del Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos, Dra. Joycelyn Elders, dijo que tal vez la masturbación debería ser enseñada en las escuelas, como una parte de los programas educativos escolares sobre sexualidad. Por estas declaraciones el presidente Bill Clinton le pidió que renunciara al cargo, cosa que no hizo, pero finalmente fue cesada de su puesto.

La masturbación es una actividad común y sana, la autoestimulación sexual es un hecho que desde la misma historia del hombre ha existido y esta ligada firmemente al conocimiento y descubrimiento de nuestra sexualidad. Masturbarse no es dañino ni físicamente o psicológicamente, al menos que se convierta en una obsesión o se presenten sentimientos fuertes de culpa después de la autocomplacencia.

En la actualidad, con las enfermedades como el SIDA, Papiloma Humano, Hepatitis C y otras de contagio sexual, los científicos y especialistas médicos la recomiendan como una alternativa sexual.

Por Félix Esteves
Texto extraído de: minimosymaximos

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